- Limpieza regular: Después de cada paseo, limpiala. Usá un detergente suave, un cepillo y agua para quitar el barro y la suciedad. Limpia las cadenas y las ruedas dentadas con un desengrasante específico para bicicletas.

- Inspección visual antes de cada paseo: Antes de cada viaje, verificá rápidamente que los neumáticos estén inflados correctamente, que las ruedas estén bien aseguradas y que no haya tornillos o tuercas sueltas. 

- Mantenimiento de la cadena: La cadena es una parte crítica de la bicicleta. Limpiá y engrasá la cadena regularmente para evitar el desgaste prematuro. Asegurate de que esté bien ajustada y que no esté demasiado floja ni demasiado tensa.

- Cambio de aceite de la horquilla y amortiguadores: Si tenés una bicicleta de montaña con horquilla o amortiguadores, cambiá el aceite según las recomendaciones del fabricante para mantener un buen rendimiento y suavidad.

- Ajuste de frenos: Los frenos deben funcionar de manera efectiva. Verificá regularmente las pastillas de freno para asegurarte de que no estén desgastadas. Ajustá los frenos si es necesario y reemplazá las pastillas cuando estén gastadas.

- Neumáticos en buen estado: Comprobá regularmente la presión de los neumáticos y asegurate de que estén inflados correctamente según las recomendaciones del fabricante. Esto no solo mejora el rendimiento, sino que también evita pinchazos.

- Alineación de cambios y desviadores: Si tu bicicleta tiene cambios, manténlos bien ajustados para evitar saltos de cadena y cambios bruscos. Aprende a ajustar los cambios o lleva tu bicicleta a un taller de bicicletas para que lo hagan por ti.

- Mantenimiento de la transmisión: Limpia y engrasa los piñones y las ruedas dentadas regularmente. Asegúrate de que no haya desgaste excesivo.

- Protección contra el óxido: Si tu bicicleta está expuesta a la lluvia o la humedad, aplicá una capa de grasa o aceite protector en las partes metálicas para prevenir el óxido.

Recordá que la frecuencia de mantenimiento puede variar según la intensidad y las condiciones en las que usas tu bicicleta. Si no te sentís seguro realizando ajustes o reparaciones importantes, es recomendable llevar tu bicicleta a un taller de bicicletas profesional para un mantenimiento adecuado. Mantener tu bicicleta en buen estado no solo mejora su rendimiento, sino que también garantiza tu seguridad en los recorridos.